LETRAS, GOLES Y DESVĺOS

Ha pasado casi un mes y medio y todavía sigo celebrando el campeonato del orgulloso y siempre altivo Independiente Santa Fe (como lo bautizó el legendario narrador Marco Antonio Bustos - el popular "Emperador"). Quedaron atrás aquellas finales perdidas de 1987, 1988 y 2005. Las de las décadas del ochenta impregnadas de la mano negra del narcotráfico representada por la jauría de dirigentes (léase Rodríguez Gacha y su corte) que administró al rival de patio y que por esos años manipuló a su antojo resultados y sobornó árbitros por doquier (aún te recordamos Taverna, no te olvidamos Ramiro Rivera y tu famoso penal del 88 a tres metros del área que definió un campeonato en un clásico). Pero como el que gana es el que goza, hoy por fin, en este eterno presente que siempre conservaremos con la fe y la ilusión que nos caracteriza lo decimos, lo gritamos y siempre lo evocaremos: la séptima estrella llegó merecidamente a pesar de tanta espera injusta. Aquel 15 de julio de 2012,