MBARETÉ*
Una de la ciudades más queridas que he visitado en los últimos meses es la cálida, (en todo sentido) ciudad de Asunción, capital del Paraguay. Pocas veces creo haberme sentido, siendo extranjero y turista, tan bien tratado y tan inmerso en la cotidianidad de la gente como me sucedió visitando esta pequeña capital latinoamericana. Paraguay para mí es sinónimo de amabilidad, hospitalidad, gente sincera y sencilla que acoge de una manera muy especial a los pocos turistas que se encaminan a descubrir un país tan agitado y sufrido históricamente como nuestra misma Colombia. Existe una vieja hermandad entre colombianos y paraguayos que se remonta a la trágica Guerra de la Triple Alianza en la que el gobierno de Colombia optó sabiamente, como pocas veces acontece, por brindar la ciudadanía colombiana a la población paraguaya que parecía ver desaparecer su patria ante el drama de una guerra desigual, que de hecho arrasó con buena parte de la población masculina de ese país. Desde entonces, aun...