COLEGIO ANTONIO NARIÑO – HERMANOS CORAZONISTAS, EVOCACIONES OCHENTERAS

Tercera entrega A veces pienso que los objetivos de este colegio estaban trastocados, había quizá mucho de confusión entre lo que se pretendía enseñar. Lo digo porque les daban valor y mucho significado a clases que no lo debían tener. Recuerdo una materia que, para muchos, entre ellos yo, era una tortura. La dictaba un cuarentón cercano a la quinta década que era medio tuerto y cojo. El tipo era morboso como él solo, le encantaban los chistes procaces y cuando iba a arriesgarse a soltar uno de ellos, se salía del aula para ver que nadie de la administración pasara y lo escuchara. Su clase era contabilidad. Por ella, muchos habilitábamos y terminábamos perdiendo años. Este educador debía ser un gran bebedor y conversador en otros contextos, pero en clase como maestro tenía más de un reparo. En todo caso, en el colegio esa clase era palabra de Dios. Me pregunto a cuántos les habrá servido haber aprendido a hacer el “balance general” y el “PyG”. Lo dudo, no faltará quién diga que e...