BOGOTÁ
Volver a esta ciudad siempre me implica una relación ambigua, por un lado me reencuentro con el ambiente de mis años de colegio y universidad, una ciudad alegre, muy nocturna y con una creciente vida cultural, quizá todo esto desde una perspectiva romántica y algo idealizada por mi distancia. Aquí al caminar sé que tengo historia y que estoy en casa, en este lugar no me perdería jamás, me siento más vivo que nunca. Cada vez encuentro más bares, restaurantes, cines, teatros, librerías, bibliotecas, universidades, parques y demás. Pero a la vez de experimentar esa satisfacción surgen ciertos sentimientos de tristeza al ver tanta injusticia a la vuelta de la esquina. La desigualdad económica y social es una marca imborrable entre la gente. Unos cuantos ricos y millonarios, una clase media empobrecida y millares de pobres. Lo anterior se identifica por ejemplo cuando uno está en un centro comercial, réplicas idénticas de los de Estados Unidos o Europa, con almacenes de marca y todas la...