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¿EXISTE EL BALONCESTO EN COLOMBIA?


Entre el 25 de julio y el 31 del mismo mes se efectuó en Neiva, Colombia, el XLIV Sudamericano de baloncesto masculino, categoría mayores. Participaron, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador Paraguay, Venezuela y Uruguay. Históricamente Colombia en este certamen ha arañado el quinto puesto como máximo logro después de Brasil, Argentina, Uruguay y Venezuela. En este evento los que ocuparan las 4 primeras posiciones estarían clasificando al Campeonato FIBA de la Américas que a su vez, dará cupos para los Juegos Olímpicos. Siendo locales, desde luego uno esperaba que la Selección Colombia se metiera entre los 4 primeros puestos pero no, terminó sexta entre ocho (sí, sexta entre ocho y eso que éramos locales) una posición que expresa más vergüenza que otro sentimiento. Hay datos curiosos, por llamarlos así, que a uno como colombiano lo dejan perplejo. Por ejemplo, Brasil y Argentina enviaron equipos satélites pues sus equipos A estaban preparándose para el Mundial de Turquía, en donde Brasil ocupó la novena posición y Argentina la quinta. Con todo y esa ventaja, Brasil ganó el sudamericano y Argentina lo escoltó en el segundo lugar. El equipo colombiano, de antemano con poca preparación, algo de amor a la camiseta y mucha improvisación llegó a ilusionar cuando derrotó a Venezuela 84-83, la primera victoria ante este equipo en no sé cuantas décadas. Después perdió con el equipo B de Argentina y finalmente por diferencia de canastas no alcanzó a meterse entre los 4 de arriba, puestos ya escriturados para los de siempre en Suramérica. Al quedar al margen, se pensó en el inevitable 5 puesto, pero no, nuestro quinteto terminó perdiendo con Paraguay por 86-66 (alguna vez me pregunté si en Paraguay se jugaba baloncesto a nivel competitivo y la respuesta me la dieron en este campeonato), una diferencia de veinte puntos. No sobra mencionar que este torneo poco o nada se promocionó dentro del país, a los medios les importó un pepino, muy escasas notas se hicieron en los periódicos nacionales y en la televisión apenas trasmitieron los partidos por canales regionales. Hay que recordar que en el mejor partido de Colombia, el que se le ganó a Venezuela, la imagen de televisión se “dañó”, o se “perdió” y no se vio el final del mismo, obviamente jamás hubo una explicación al respecto. Como conclusiones quedan varias, nuestra organización es precaria, casi todo se hace como caiga, el baloncesto en Colombia está olvidado, es un chiste folclórico más de nuestra colombianidad. En televisión hablaban de la belleza del coliseo de Neiva porque le habían instalado un nuevo tablado para el evento, pero por lo demás no había nada que mostrar, un coliseo vetusto e incómodo, sin aire acondicionado y apenas medio remodelado y maquillado como para impresionar, algo muy a nuestro estilo. Da pena y rabia que en Colombia no haya una autoridad fuerte o un deseo fervoroso por sacar este y otros deportes adelante. ¿No se podrá tener un quinteto decente para competir, al menos en el área, y pelear dignamente y no hacer estos papelones tan tristes? Nuestra Copa Invitacional que es nuestro torneo semiprofesional es otra de la improvisaciones de siempre, un torneo con pocos equipos que dura unos cuantos meses y pareciera que se hace por cumplir nada más. El baloncesto en Colombia, como muchos otros deportes, está en el cuarto de San Alejo, refundido y oxidado. Y aclaro que talento debe haber y mucho pero con este lastre de dirigentes y mentalidades seguiremos padeciendo por mucho tiempo más de lo mismo. Mientras tanto por ahí sale de cuando en cuando un periodista que saca pecho y escribe notas con “autoridad” en uno de los periódicos tradicionales del país acerca de las finales de la NBA y/o del baloncesto universitario gringo, en cambio de los torneos locales, colegiales, nacionales nadie se acuerda, nadie los promueve, igual no sé si todavía existen.
De pronto en unos cuantos años nos vuelven a dar la sede para un torneo internacional de estos, entonces pintaremos un coliseo viejo de los nuestros, rejuntaremos 10 muchachos, algún dirigente les tirará la camiseta de Colombia, les daremos dos semanas de entrenamiento a lo sumo, haremos un juramento a la bandera y en el día de la inauguración todos gritaremos que: “Colombia es pasión”.

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