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SIN TETAS Y SIN CINE




“Ese es mi hombre, yo quiero que me toque, estoy hecha de oro”
(Coro del tema principal de la banda sonora de la película “Sin tetas no hay paraíso”)


Estando en Bogotá fui a ver la película colombiana de moda: “Sin tetas no hay paraíso” de Gustavo Bolívar. En otras palabras, la versión varias veces repetida de una telenovela colombiana de mucho éxito, esta vez adaptada al cine (hay que sacarle los últimos centavos a la gallinita de los huevos de oro). Lo primero que me llamó la atención fue observar en el teatro algunas madres acompañadas de sus hijos e hijas adolescentes. Presumí entonces que la película dejaría alguna enseñanza, tal vez aportaría algo, quizá una saludable reflexión. Estas madres deben pensar que llevar a sus hijos a ver buen cine es una sana costumbre, me encanta la perspectiva pedagógica y didáctica de ellas, además valoro su ingenuidad en estos casos. La segunda sorpresa fue confirmar que en Colombia estos dramas pegan y hacen que la gente acuda a las salas de cine acatando las órdenes de los omnipresentes y poderosos medios de comunicación. Nos encanta mucho obedecer, mirar para el suelo, repetir lo que todos afirman, y algunas veces dentro del rebaño apenas balar (beeee). En consecuencia, si hay algún aspecto para resaltar de esta producción, sería el despliegue de información y promoción de un canal nacional, patrocinador de la cinta (había que invertir fuerte en el negocio y les quedó muy bien la publicidad y la manipulación). También quedé impresionado al ver un teatro de un centro comercial colmado en su totalidad de un público ferviente que asistía en masa en el último horario de la noche, boletas para la función anterior se habían agotado. (Haga clic aquí si desea continuar leyendo).

Comentarios

Chica_webcam dijo…
La verdad es que no he visto la versión colombiana, pero ardo en deseos despues de leer tu comentario. Lo cierto es que la serie española tambien ha causado el mismo furor, y a pies juntillas y sin balar todos la hemos seguido.
E igual que tu me quedo con los valores didacticos del final. Sin embargo el exito me demuestra que en España, Colombia y hasta en Pekin, sin
tetas no hay paraiso.
Besos
Lulu

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