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NUESTRA ETERNA NEGACIÓN IV


Voy a Colombia en agosto del 2007, me invitan una noche a un partido por la Copa Suramericana en el Campin de Bogotá. Ese día juega un equipo colombiano contra uno peruano. La barra brava y más beligerante del equipo local no para de entonar cánticos racistas contra los peruanos, dicen rítmicamente entre varias frases algo como “a estos cholos los vamos a matar”. Meses antes una escena similar la había vivido en un estadio argentino. Los cánticos entonados en el partido en Bogotá tienen el dejo del voceo argentino que desde luego no se usa en Bogotá o en el centro del país (aclaro que en algunas otras áreas de Colombia se vocea) además de uno que otro termino del Lunfardo. Me cuentan que esa misma barra emite sonidos guturales cuando un jugador de raza negra de un equipo rival toma el balón. La idea es humillarlo por medio de tales sonidos y hacerlo sentir como un mono o un mico como decimos en Colombia. Curioso, el equipo local tiene en sus filas más de 5 jugadores de raza negra.… Silencio total, nadie dice nada, en la prensa escrita, radial y televisiva nadie menciona el hecho…
Por la misma época dicto un seminario de teoría cultural en una universidad pequeña y de poco nombre en el centro de Bogotá. En una de las clases hablamos con los alumnos de la pretensión muy colombiana de copiar todo lo extranjero para reafirmarse porque lo nuestro simplemente nos avergüenza (William Ospina). Comento el tono argentinizado de los cánticos de aquella barra bogotana en el partido al que asistí, y un estudiante me dice que cantar como los argentinos y vocear es más “bacano”, “suena más chévere”… No escucho a nadie que se oponga a esa posición en la clase. Silencio otra vez. Reconozco que las barras bravas argentinas y los cánticos en sus estadios son una mezcla de pasión, locura y creatividad, una experiencia increíble, pero de ahí a querer cantar como ellos simulando su acento, entonación y hasta gramática me asusta…
Un día un familiar me cuenta que el hijo de no sé quién es bastante “feito”, tiene rasgos “aindiaditos”… Los hijos pequeños de este familiar repiten la afirmación sin entenderla. Esta imagen se me cruza con otra en la que recuerdo a un pretencioso escritor que alguna vez me comentó, sin sonrojarse, que su esposa era de Guatemala, “pero de la parte buena de Guatemala, no de la indígena”…
La cadena continua, se me viene a la mente ahora que alguien me hace referencia a su apellido y me dice que es “muy español”, incluso esta persona tiene el escudo del apellido traído de España. No me importa, igual yo heredé de mi papá el escudo de mi apellido, también traído de España. Pero la diferencia está en que para mí ese escudo es simplemente un recuerdo sentimental de mi papá, nada más. En cambio para esta persona es motivo de orgullo, de “hidalguía”, es, palabras más palabras menos, un “documento legal” que indica que él y su familia provienen de Europa, pues lo indígena o lo negro equivale para él a deshonra.
Lo anterior me recuerda cuando algunos argentinos mencionan su pasado italiano, irlandés, ruso, en fin. Toda la historia de los inmigrantes pobres que llegaron a la Argentina a buscar vida. Pero claro, la idea de decir que sus antepasados fueron inmigrantes pobres no “vende”, lo que interesa es decir que el origen es europeo… Eso es sinónimo y garantía de civilización (Domingo Faustino Sarmiento).
Finalmente, en una conferencia de estudios literarios en Wisconsin, una profesora universitaria argentina afirma que ahora no vale la pena ir a Buenos Aires, pues “se ha latinoamericanizado mucho”, aprendo algo nuevo en esa jornada cultural e intelectual, Argentina antes estaba en Europa y ahora hace parte de América Latina, o sea… barbarie (Domingo Faustino Sarmiento). Silencio mortal…

Comentarios

Gracias por el texto!!!
Siempre me sorprendía esa preguntadera sobre el orígen de mi apellido, porque para qué querían saber si seguro no conocían donde queda Ituango, pueblo natal de mi papá. Igual a mi no me pasa (jeje)... la familia de mi esposo es italiana o irlandesa (y estos ultimos se reunen con orgullo aunq ninguno tenga pasaporte ni papeles irlandeses, porq a diferencia de lso italianos cuando te fuiste de Irlanda, FUISTE!) y mis hijos son blanquitos/europeítos aunque no he logrado conseguir los ojos azules para poder humillar a la indiada de ojoscafés de mi patria!
Gracias por leer, Gloria.
Pensándolo bien, esta frase “…y mis hijos son blanquitos/europeítos aunque no he logrado conseguir los ojos azules para poder humillar a la indiada de ojoscafés de mi patria!” no la entiendo, no la entendí… Me parece que caes en la penosa discriminación de identidad de la que hemos hablado tanto…
A.
Justamente!!!
Trataba de ser irónica tal cual como la línea anterior.
NO niego lo q soy. Me encanta. Tampoco niego q quisera un hijo con los ojos del padre, pero no por blanco sino porq son muy lindos.
eeeeeeeen fin!!!
Me malinterprestaste! me expliqué mal quizás.
Un besoooooooooooo
Ahhhh ya. Yo sí decía, Gloriña, tales palabras tenían que ser una ironía, no podían venir de una mujer tan progresista y democrática…
Gracias otra vez,
A.

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