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ENTRE EL TRANSMILENIO Y EL QUERIDO TROLE




El publicitado TransMilenio le ha dado un toque especial a la fisonomía de Bogotá. No hay duda que las líneas de este transporte masivo le brindan a la ciudad aires de urbe ágil y moderna. El TransMilenio ayudó a desahogar ese tráfico denso y paquidérmico que se vivía penosamente en el pasado. Una de las líneas más interesantes y mejor construidas del TransMilenio es la que recorre la avenida Suba y que en zonas especificas es un viaducto que asciende y desciende ofreciéndole al ciudadano una ruta rápida y segura por el noroccidente bogotano y además un paisaje atractivo, en especial a partir de la estación elevada Suba- Av. Boyacá.
“El TransMilenio nos cambió la vida” decían algunas vallas de la ciudad, pero siendo honestos con Bogotá, la ciudad necesita y merece algo más. Primero, habría que ampliar y perfeccionar este sistema. A veces cuando observo los buses articulados y algunas estaciones con imperfecciones creo que poco a poco todo se irá deteriorando como tantos proyectos se derrumbaron sin pena ni gloria, sin explicaciones y sin dejar responsables. Ese destino fatal parece norma muchas veces en el país. Ahora recuerdo los trolebuses de décadas atrás que transitaban por las carreras 17, 24 y la avenida Caracas y que ahora agonizan en los talleres y parqueaderos del Distrito en la esquina de la calle 72 con 24. Segundo, uno pensaría, sin ser experto, que Bogotá a la par del sistema TransMilenio necesitaría un metro subterráneo que ojala atravesara buena parte de la ciudad de norte a sur. La ausencia de este sistema y la falta de planificación de futuras líneas de TransMilenio podrían devolvernos a ese pasado caótico del trafico bogotano.
El actual alcalde Samuel Moreno en su campaña prometió construir una línea del metro desde la Calle 26 hasta la 170 y quizá por eso ganó, ahora comenzamos a esperar lo más difícil, que la ilusión se vuelva realidad. Lo último que uno podría esperar como enamorado de esta ciudad es que lo del metro sea otra “promesa electorera” y que el TransMilenio termine como los nostálgicos trolebuses que de niño me dejaban a dos cuadras del colegio.

Nota: Las fotografías que acompañan esta corta reflexión son de los trolebuses bogotanos de los 60, 70 y 80. “El último trolebús de Bogotá corrió la noche del jueves 15 de agosto de 1991 y la Empresa Distrital de Transportes Urbanos fue liquidada a fines de ese año”.
Tomado de: http://www.tramz.com/co/bg/b/bs.html por Allen Morrison.



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