Ir al contenido principal

PALABREJAS QUE SE ESCUCHAN Y REPITEN ÚLTIMAMENTE EN COLOMBIA


Accesar: además de que suena horroroso, simplemente no existe. En su lugar se debe decir acceder. Este verbo resulta inocentemente empleado ahora con todo lo que tiene que ver con los sistemas y los computadores.

Aplicar: se usa muy comúnmente y se emplea mal. Queriendo decir solicitar o postular. Ahora se dice erróneamente “apliqué a una beca”. Este “aplicar” viene de la influencia del inglés “to apply”.

Bizarro: se utiliza como en inglés “bizarre” cuyo significado es: extraño, raro, anormal. Pero este falso cognado en español significa según el diccionario de la Real Academia Española: valiente, generoso, lucido y esplendido. Ahora en Colombia todo resulta “bizarro” y en la mayoría de los casos se usa incorrectamente.

Blackberry: se emplea a rabiar porque es un símbolo de estatus y además por arte de magia lo volvieron una palabra de género femenino: “ayer estuve en el Andino y me compré una blackberry divina”.

Entrenos: la influencia argentina que apasiona a las mayorías, hace presencia en Colombia masivamente a través de los canales de fútbol FOX y TyC que lo ven por cable todos los colombianos amantes de este deporte. Antes decían o decíamos: entrenamientos, ahora dicen: “el entreno es mañana a las 9am”.

Puto y putear: tomada del español argentino. En el sur del continente es un insulto muy popular: “sos un puto de mierda”. La palabrita en cuestión equivaldría al término “marica” de uso local, pero ahora a los jóvenes les dio por imitar a los argentinos hasta en los insultos. Igual aparece el verbo “putear” que viene a desplazar nuestro “madrear” o “echar la madre”.

Testear y criterioso: algunos de los periodistas deportivos colombianos por imitar a sus colegas argentinos (complejo de inferioridad) además de decir “entrenos”, dicen ahora “testear” (verbo aceptado por la RAE): “a los jugadores se les hizo un testeo para saber si deseaban a Leonel Álvarez como seleccionador nacional”. Igualmente, algunos adoptaron el horrible “criterioso” que se usa en el Río de la Plata y que no es aceptado por la RAE, y afirman sin pena: “Omar Pérez es un jugador criterioso”, para significar que es un jugador inteligente. Esto lo he escuchado muchas veces en un programa matutino de radio de RCN que se llama “Planeta Fútbol”. Programa liderado por un “doctor” que no es doctor (pero que se lo cree), y un periodista que se hace llamar “bocha”, otro argentinismo para variar. Ojo, aunque no teníamos el “criterioso”, entre nosotros ya existía el sonoro “calidoso” de origen paisa: “Alexis García era un calidoso con el balón”.

Trapos: aquí no hay ningún error lingüístico, solo una copia para sonar más argentino y por ende más “in”. Antes en los estadios colombianos había banderas, ahora hay “trapos”, otro giro argentino que los muchachos repiten y repiten como loros. Sobre este tema suena entre chistoso y ridículo escuchar las barras de los equipos nacionales cantando como sus pares argentinas en los estadios. Algunos de estos cánticos están cargados de ofensas racistas y de género. Muchos de los que repiten tan rítmicas tonadas en los estadios colombianos se podrían estar ofendiendo ellos mismos y parecen no darse cuenta. No hay duda, la ignorancia y la simulación le ganan a la razón. Muchachos, la mayoría de ustedes de creatividad e identidad cero.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

SALAS DE CINE DESAPARECIDAS O REFORMADAS DE BOGOTÁ

Alguna vez escribí una entrada acerca de los desaparecidos pero inmortales teatros de cine de Chapinero y cómo las nuevas generaciones desconocían su existencia. Esta semana encontré un ejemplar del periódico El Tiempo de abril de 1985 y leyendo la sección de cines y de cartelera, encontré muchas salas hoy tristemente borradas del mapa urbano. Quizá la zona más afectada es precisamente la de Chapinero, barrio bogotano que contaba con diversas salas de cine que estaban regadas, en ese entonces, sobre toda la carrera 13 en pleno corazón comercial. Mi intención es que quede registro y memoria de la ciudad a través de esta lista. De esta manera recordando y conociendo el pasado podemos entender mejor nuestro presente y ojalá pensar en un mejor futuro. Desde luego la lista es incompleta, aquí empieza: Zona centro: Azteca: Calle 22 No 5-91 Bacatá: Carrera 9A No 23-25 Bogotá: Calle 22 No 5-62 Cinema 1, 2 , 3, 4 y 7: Calle 24 No 7-23 Coliseo: Carrera 7a calle 27 El Cid: Calle 24 ca

LO QUE QUEDA DEL TRANSMILENIO

Espero el TransMilenio en la estación La Campiña rumbo a la estación Calle 72. El bus articulado que me sirve es el F19. Son las 4 de la tarde, se acerca la hora pico. La estación comienza a llenarse de estudiantes, padres y madres de familia, obreros, mujeres solas camino a sus casas, niños y adolescentes. Sorpresivamente las puertas en donde paran los buses se abren, los censores están dañados, comienza el desfile de colados, 1, 2, 3, 4, 5 muchachos entre los 12 y 17 años abren las puertas de manera intencional desde afuera y se meten con mirada de “yo no fui”, se ríen burlonamente, no hay control. Al otro extremo hay un solo policía bachiller hablando con una agraciada pasajera. A los muchachos colados les da ataque de risa nuevamente, tan chistosos y valientes, digo yo. ¿Será que saben qué es civismo? Observo también como señoras con paquetes, hombres de corbata y jóvenes de todas las edades se saltan la reja de metal para no entrar a la estación por donde deberían. A todos les d

CHAPINERO Y SU MUTACIÓN

Leí hace poco un artículo en el periódico El Tiempo acerca de la desaparición de los teatros de cine de la zona de Chapinero en Bogotá. Todos estos escenarios cedieron su amplitud y comodidad al negocio de las salas “multi-plex” del presente. Chapinero sin duda es una de las áreas de mayor transformación de la ciudad. Parte de esos cambios están ligados a su fisonomía inestable. Por ejemplo, dentro de esta metamorfosis urbana surgieron cuadras que hoy por hoy están destinadas a whiskerias, moteles o “residencias” como se les llaman en Bogotá a los pequeños hoteles dedicados exclusivamente a alquilar piezas por horas o por noches a parejas. Las imponentes salas de cine de antaño regadas por la carrera 13, desaparecieron y en la actualidad son inmensas ferreterías, almacenes de ropa y zapatos, o son centros religiosos cristianos que se promocionan en radio y televisión. Algunas de estas iglesias contemporáneas tienen sus mismos formatos de antiguos teatros dedicados a sus cultos en Sao