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RETRATOS Y EVOCACIONES DE UNA BOGOTÁ (5) ARREGLITOS URBANOS VARIOS



Como la idea nunca ha sido engañarme, pretender o simular creer que Bogotá es una megaciudad, caer en regionalismos necios y negar la verdadera realidad de una ciudad disfuncional ignorando su enorme atraso; y como mi compromiso toda la vida ha sido tratar de entender la realidad colombiana y en particular soñar con una Bogotá, mi ciudad, competitiva en todos los estamentos, me atrevo muy superficialmente a soñar con la ciudad que me gustaría ver en un futuro cercano, por ahora todos simples “arreglitos varios”, nada de fondo:

1. Una Bogotá cívica, en donde todos los ciudadanos cumplan las mínimas reglas de convivencia. El cuento de la “cultura ciudadana” se viene nombrando desde las épocas de Mockus pero ya parece que nadie se acuerda de eso.
2. Una ciudad menos discriminatoria, en donde vivir en el sur no sea sinónimo de ser pobre. En donde la gente no se le segregue por el barrio de residencia o la universidad en donde estudie. En esto el arribismo bogotano encabeza el termómetro de nuestra idiosincrasia.
3. Una ciudad con conductores medianamente educados (al menos medianamente educados). La forma de conducir en Bogotá (¿o en toda Colombia?) es suicida.
4. Una Bogotá de autopistas funcionales (pavimentadas por favor) que agilicen el caótico trafico, algo de infraestructura (verdadera infraestructura, no maquillaje).
5. Un aeropuerto digno, no uno de pueblo como el que se tiene actualmente, en donde lo único fascinante es el nombre.
6. Una (al menos una) línea de metro que fuera desde el extremo sur hasta el norte y que desahogara y complementara los otros medios de transporte público. Un dato para los que creen que Bogotá es una ciudad dinámica y moderna en este tema: La primera línea del metro subterráneo de Buenos Aires fue inaugurada el 1 de diciembre de 1913, la primera en Ciudad de México se realizó el 4 de septiembre de 1969, en São Paulo el año clave fue 1972, en Santiago de Chile el 15 de septiembre de 1975 y en Caracas el 2 de enero de 1983. Con respecto a países hermanos estamos atrasados entre 28 y 98 años. En nuestra querida Bogotá aún se está pensando en hacer la primera línea y estamos en el 2011, cada año la brecha parece abrirse más. Finalmente, para ahondar más en el atraso, en Medellín el metro se estrenó el 30 de noviembre de 1995. Y ojo que aquí no estamos hablando de trenes regionales que arriben a la ciudad, de eso solo queda como recuerdo la hermosa pero abandonada Estación de la Sabana de la Calle 13.
7. Un tranvía moderno por la Séptima. Parece mentira pero llevan tanto tiempo decidiendo qué medio de transporte debe ir por esta emblemática avenida que es muy probable que terminen con un TransMilenio mal hecho que afeará el paisaje urbanístico de este corredor. Por ahora, el único candidato para las próximas elecciones de alcalde que habla de un tranvía moderno es Jaime Castro y en las encuestas, a falta de casi dos meses, está en el vagón de atrás.
8. Un replanteamiento de TransMilenio en todo sentido. Es triste pero al paso que vamos, este servicio terminará totalmente deteriorado.
9. Parques en cada barrio, a los cuales se les haga mantenimiento y no terminen como selvas urbanas llenas de ladrones, drogadictos y canchas abandonadas.
10. Universidades, colegios y escuelas públicas de alto nivel para todos. Siempre he creído que lo bueno en Colombia es caro y está hecho solamente para los ricos.
11. Mientras no haya metro y el TransMilenio no de abasto, no sobraría ir reemplazando tanta buseta, bus y colectivo del “quinto mundo” que transitan sin pena recogiendo pasajeros en donde se le antoje al conductor.
12. ¿Y será que no se puede construir un estadio moderno? Pero de verdad uno moderno, ya no más Campin maquillado que sirve para engañar incautos que siguen creyendo que éste está a la altura de los escenarios deportivos de Estados Unidos y Europa.
13 ¿Y qué tal un lugar decente para grandes conciertos? ¿O será que el Parque Simón Bolívar, el Palacio de los deportes o el Coliseo El Campin los seguirán haciendo pasar por innovadores y flamantes recintos?

Estoy muy seguro que todo lo anterior y mucho más se lograría no solo en Bogotá sino en toda Colombia si se cambiara la mentalidad y se pensara en el bien común. Pueda ser que esto no sea un sueño rosa. Ojala en quince o veinte años no tengamos que seguir escribiendo 3 meses antes de diciembre esta cartica boba al niño Dios. Amanecerá y…

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