DIÁLOGOS DE PAZ MUY COLOMBIANOS
En Oslo se vio primero toda la infantería del gobierno encabezada por Humberto de la Calle Lombana enfatizando que solo se hablará de paz en estos diálogos, otro tema no estará contemplado en el agenda. Después de conseguir la paz ya hablaremos de lo demás... Dejan las armas y comenzamos a negociar el resto, afirmó. Después Iván Márquez repitió un discurso añejo pero real: la reforma agraria, los contrastes económicos, el poder de las multinacionales, las familias acaudaladas y sus riquezas, nuestra pobreza, etc. A la sombra, en una corta intervención Jesús Santrich con pinta de “Terminator" y con risita cínica advirtió a de La Calle que se tranquilizara con su frase merenguera: “Tranquilo Bobbie, con calma”. Después de esta comparsa, no sé si algún colombiano creerá en este proceso. Mientras tanto en el país se siguen dando bala y caen muertos de uno y otro bando en una suerte de dominó que nunca acaba. Y nosotros nos preguntamos inocentemente: ¿Habrá paz? ¿A quién se le puede creer? ¿Le convendrá al gobierno la paz? ¿Querrán las FARC la paz? ¿Puede haber paz sin educación? ¿Sin salud? ¿Sin vivienda? ¿Sin trabajo? ¿Se puede hablar de paz primero y después del resto? ¿No sería más lógico empezar a arreglar el resto contribuyendo directamente a gestar un clima de paz? ¿Quién va a ceder en este ajedrez?
La armonía que supuestamente se pueda firmar entre dos grupos que llevan una guerra por décadas quedaría solamente en el papel (sí, el papel aguanta todo), pero inmediatamente se caería si no hay un asomo de equidad y progreso para todos, lo demás es carreta y montaje audiovisual, puesta en escena y delirios de lado y lado mientras que en los campos y selvas colombianas se seguirán matando unos y otros. Bueno, quizá este sea un comienzo, un paso al menos para afirmar como si se transara una partida de cartas que solo le importa a los que la están jugando: “Tranquilo Bobbie, con calma”, los demás miramos o nos seguimos matando, ellos deciden.
PD: Que me equivoque y que de todo esto salga una semilla para la paz del país.
La armonía que supuestamente se pueda firmar entre dos grupos que llevan una guerra por décadas quedaría solamente en el papel (sí, el papel aguanta todo), pero inmediatamente se caería si no hay un asomo de equidad y progreso para todos, lo demás es carreta y montaje audiovisual, puesta en escena y delirios de lado y lado mientras que en los campos y selvas colombianas se seguirán matando unos y otros. Bueno, quizá este sea un comienzo, un paso al menos para afirmar como si se transara una partida de cartas que solo le importa a los que la están jugando: “Tranquilo Bobbie, con calma”, los demás miramos o nos seguimos matando, ellos deciden.
PD: Que me equivoque y que de todo esto salga una semilla para la paz del país.
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